Hartazgo global y local por estancamiento en Venezuela

27.06.2019

Es cómodo y superficial seguir molestando a la comunidad internacional, para que supla nuestra carencia de armonía opositora. Mientras no admitamos que nos detestamos los unos a los otros, mientras no exijamos el cese de la ansiedad de algunos por tomar el poder, seguiremos mal. Los países nos exigen visas nuevas pues se hartaron de nuestra emigración. La asamblea nacional nunca solicitó apoyo militar al continente. Llevamos varios años encabezando titulares de prensa globales. El mundo se fastidió de nuestra monótona espectacularidad. Son muchos nuestros errores y para intentar corregirlos debemos admitirlos. Nos cuesta demasiado escuchar y aprender humildad, pues nos estamos habituados a nadar en soberbias heredadas del pretérito.

La probabilidad de intervención estadounidense en Venezuela decrece. Los precandidatos presidenciales demócratas inician sus debates en Miami. El haber elegido esa ciudad para su precampaña sugiere que la estrategia de captar votos pacifistas toma auge. Los republicanos quedan a la defensiva. La congresista Alexandra Ocasio Cortez es latina y comunista. Mexicanos y puertorriqueños suelen favorecen a los demócratas. Cuba y Venezuela suelen favorecer a los republicanos. Ningún subconjunto de nacionalidades suma a Latinoamérica.

Si llegase la oposición tradicional en Venezuela a reunirse ¿reconocerían públicamente que todos ellos fracasaron? ¿cederían el ejercicio de la política a equipos totalmente nuevos? Todos están descalificados. Todos deben inhibirse a seguir pretendiendo representarnos. Los dirigentes actuales, enquistados en cargos directivos partidistas, cierran oportunidades a las caras nuevas para brillar. Las caras nuevas sólo surgirán si los que estorban reconocen que deberán apartarse. Si no dejan de lado sus prerrogativas, quizás los ciudadanos nos arrechemos y los lancemos a la basura o los bajemos de las tarimas en alguna bailoterapia futura, como ocurrió en Ucrania. Los ciudadanos comunes desperdiciamos nuestra vida, tiempo y salud al seguir lineamientos que no sirven.

Rubén Rivero Capriles

Caracas, Venezuela

Fotografía Zulima González, 40 Grados Bajo el Sol