Intelectuales irritados por libre expresión de twitteros
Los líderes emergentes debemos formarnos en temas militares. Conozcamos el funcionamiento de la OTAN para proponer factibilidad de Venezuela para integrarnos a dicha alianza atlántica tal como ya hizo Colombia. Las democracias occidentales valoran a civiles capaces de funcionar como comandantes en jefe de fuerzas militares. Esa es la principal función del presidente de cualquier república. Lamentablemente Juan Guaidó ha demostrado no ejercer su principal función del modo que hubiésemos esperado.
El diálogo en Barbados auspiciado por Noruega es un mero mecanismo de debate interno entre tendencias de izquierda. No es significativo a nivel nacional. Se le está otorgando más importancia de la que merece. Nuestra opción de liderazgos emergentes con perspectivas a largo plazo puede aprovechar este tiempo para conformar nuestros mecanismos independientes de debate interno entre tendencias de derecha. No habrá candidatura única, la libertad esta vez no se plegará a los designios del socialismo como solía ocurrir.
Los firmantes de la Carta Abierta promocionada por la oposición oficial, más que intelectuales, son operadores políticos del sector que busca beneficiarse con el diálogo. Es lamentable que persista esta diatriba entre las mismas caras de siempre. No sirven. Son ineptos. Todos deben ser desenchufados. Tuvieron veinte años para conformar una alternativa y no lo lograron. Cada vez que escriben en tono de repudio confirman que no están capacitados para forjar consensos. Hay que salir de todas estas oposiciones pendencieras. Estamos hartos de quienes tradicionalmente se atribuyen mayor sabiduría, y cuyo único mérito es disponer de mayor difusión mediática. Sólo ofrecen quejas contra quienes tienen acceso para debatir cara a cara.
Están tan acostumbrados a pensar que no disponen de tiempo para ejecutar. Desperdician sus vidas en elucubraciones filosóficas que distan de la toma gerencial de decisiones y del liderazgo que a veces se ejerce en solitario cuando la opinión pública está en contra. Varios son escritores de telenovelas, acostumbrados a instarnos que la vida real es un drama cuyo capítulo final quizás sea feliz. También hay un humorista de Radio Rochela, muy en la tónica del entretenimiento superficial para insuflar falsas esperanzas.
Las acusaciones emitidas por los firmantes de esa carta aluden a quienes ejercemos ciudadanía crítica. Esa carta nos solicita renunciar a nuestro derecho constitucional de ejercer libertad de expresión. En esa carta se nos habla en tono de regaño. Por consiguiente ejercemos el más enérgico repudio a las pretensiones de pensamiento único de quienes allí firman. Nos solidarizamos con los valientes guerreros del teclado por twitter, quienes diariamente emprenden la ardua labor de desmontar los laboratorios de propaganda mediática, financiada por factores políticos tradicionales, cuyas gestiones durante años han resultado infructuosas.
Los firmantes de esa carta descalifican los esfuerzos de quienes ejercemos nuestra libertad de expresión. Su pretensión de obligarnos a seguir su proyecto político para la continuidad del socialismo, en una versión edulcorada, los convierte en nuestros adversarios políticos. Ellos no nos respetan a nosotros. Nos exigen credulidad y adulación. Sus objetivos adversan nuestra búsqueda por una verdadera oposición contra los regímenes que padecemos, el usurpador y el interino.
Nadie puede expresar el punto de vista de todos, pero sí somos voceros de los puntos de vista que los firmantes de esa carta pretenden silenciar. Cada vez que a alguien se le ocurra persuadirnos hacia la autocensura, automáticamente se convertirá en un adversario a derrotar, pues no toleraremos que se nos cercene nuestra libertad de expresión.
Ellos descalifican a quienes nos expresamos por twitter. A diferencia de ellos, no disponemos de recursos para pagar campañas de instigación al odio contra twitteros, Esta campaña aparece hoy simultáneamente en todos los grupos de WhatsApp. Si buscan unidad adhiéranse a la misma, no pretendan imponernos que tengamos que soportar obediencia a sus designios durante algunos años más.
Conforman parte de la oposición colaboracionista cuyas actividades permanentemente oxigenan al régimen. El socialismo duro y el socialismo light se unen contra los guerreros del teclado, quienes somos la expresión viva de la opinión ciudadana. Esta batalla la ganaremos, pues quienes hoy nos acosan con su carta se acostumbraron a avalar fórmulas perdedoras. Los espacios controlados por sectores afines a los firmantes de esa carta suelen eliminar a todo aquel que se rebele contra lineamientos institucionales.
La oposición no sirve. Por ello tenemos que cambiar a la oposición mediante repudio enérgico a sus intentos por desprestigiar la voz del soberano expresada por redes sociales. Garanticemos que el liderazgo emergente que desde aquí ofrecemos no sea contaminado por la dictadura científica de la franquicia cubana. Una ciudadanía ignorante en estrategias militares perderá todas las batallas contra la franquicia cubana de dictadura científica.
Rubén Rivero Capriles
Caracas, Venezuela
Fotografía José Gregorio Hernández, 40 Grados Bajo el Sol
Calle Carabobo, Un Vestigio de Tradición. Maracaibo