Paros laborales son herencia del comunismo
Periódicamente se difunden rumores y llamados a paro que no cuajan. Son dignos de admiración quienes logran mantener sus empresas abiertas todo el año, a excepción de algunos días de asueto y vacaciones programadas.
Algunos venezolanos suelen utilizar cualquier excusa para la vagancia y para sabotear a quienes se esfuerzan por atraer clientes al mercado de las iniciativas privadas. Los llamados a paro son fabulosos para empleados deseosos de exigir a sus patronos que paguen quincenas no laboradas.
Quizás estos llamados a paro sean herencia de la férrea cultura sindicalista, opuesta a los empresarios y que suele catalogar al trabajo como explotación. El comunismo nos ha contaminado hasta los tuétanos y ahora sólo se nos ocurre salir del comunismo mediante más comunismo.
Las salidas mágicas como ese paro indefinido no existen. Las salidas de fuerza, la violencia interna y externa, no constituyen instrumentos de paz. Los negociadores que representan a la oposición no son idóneos y no se han abocado a generar condiciones requeridas por la población para restaurar confianza en el voto.
Rubén Rivero Capriles
Caracas, Venezuela
Fotografía Platon, 40 Grados Bajo el Sol
Palacete de Loyola. Av. Dr. Portillo, Maracaibo