Prosiguen deserciones de regímenes clientelares
La divulgación de nuestras ideas alcanza públicos más numerosos y exigentes y ahora recibimos retroalimentación más precisa. Ciertamente definirnos como una nueva oposición es inexacto cuando llevamos tantos años luchando. Asumamos nuestro rol de nueva dirigencia opositora, formados exclusivamente a través de las redes. El discurso del presidente salvadoreño Nayib Bukele, la pasada semana en la ONU, ilustra que nuestra metodología virtual irrita a quienes viven de organizar eventos farandulescos en sustitución de la alta política.
La gestión de Ocariz como alcalde de Sucre fue pésima. Llegaba con retraso a sus compromisos. No recogió la basura con cámara de concejales en contra ni a favor. Sólo estaba accesible para proselitismo populista, no para resolución de quejas. Con tal junta, Guaidó pierde apoyos en Petare.
Nos colmaremos de paciencia: esperaremos que estos carcamanes sigan efectuando actividades proselitistas y terminen de gastar los dineros recaudados desde la comunidad internacional. Aun no se han desgastado lo suficiente, y aun desconocemos los detalles de cada acto de corrupción en los cuales hayan incurrido durante tantos años en el poder.
Hemos manifestado desinterés en votar por él para la gobernación. Es difícil posicionarnos como agentes de cambio si mantenemos dirigencias vitalicias como la que pretende imponernos Ocariz. La gestión del actual alcalde chavista es igual de deficiente. Avalar malas gestiones y propiciar la continuidad en el poder es algo que los caracteriza.
Hemos padecido años de mala gestión municipal. Hemos recibido respuestas groseras por parte de funcionarios más pendientes de permanecer en cargos, en lugar de atender tantas críticas constructivas y desinteresadas de miles de ciudadanos hartos del engaño, hartos de que se nos reprima la difusión de pensamiento crítico. Buscamos excelencia en este ambiente de mediocridad.
Se sugiere la lectura de respuestas al twitter de Carlos Ocariz: la mayoría de los petareños repudiamos tantos años perdidos, independientemente que nuestra opinión no sea valorada en círculos vinculados con dirigencias políticas recientemente desenchufadas o en vías de desenchufe.
Las dirigencias enquistadas no están en sintonía con estos nuevos tiempos. Se irritan por guerreros del teclado más fructíferos que contactos cara a cara. Se limitan a conexiones íntimas con un reducido número de personas. Las rancias dirigencias serán forzadas a digerir suministros de humildad, hasta que claudiquen y permitan a nuevas generaciones arreglar daños, producidos por irresponsables gestiones durante tantas décadas.
Excusar la mediocridad de una gestión local por problemáticas nacionales, es admitir desgano por fomentar excelencia. En Dolorita, Mariche y Caucaguita las montañas de basura y carreteras infestadas de huecos nunca fueron prioridad. Es importante cultivarnos en historia y conocer los errores que se cometieron, para no repetirlos.
Las candidaturas opositoras de Rosiris Toro, Elías Santana y Henrique Mendoza no fueron suficientemente apoyadas. La opción de José Vicente Rangel obtuvo más votos. Hoy Puente Baloa y el casco de Petare lucen ligeramente más organizados, con algo de menos basura y algo de menos buhoneros. Es lamentable admitir que en nuestra ansiedad por acceder al poder nacional descuidamos las necesidades locales.
Fui testigo de mesa en el Colegio Arocha de Petare, nuestra mesa fue auditada y allí Rangel arrasó en 2017. En el centro de votación del colegio San Agustín donde voto en El Marqués, la abstención fue gigantesca. Igualmente ocurrió con las elecciones a concejales en 2018: los candidatos respaldados por algunas tarjetas, entre los cuales destacábase Ingrid Reyes, coordinadora de Voluntarios por Palo Verde, no fueron suficientemente votados y el oficialismo recuperó la cámara municipal.
Voté por Henrique Mendoza para alcalde de Sucre. Para la gobernación de Miranda me abstuve: no me parecía prudente que el asco de la basura de Sucre hiciera metástasis en el resto del estado Miranda. En ambos casos triunfó la abstención. La presunta mejor alcaldía de Latinoamérica recordaba a los chavistas presentando informes chimbos de la FAO, donde supuestamente no hay crisis alimentaria en Venezuela. Es espeluznante sospechar el dineral que fue malversado en lobby, para pagar publicidades engañosas que fueron consumidas por la comunidad internacional.
Ya habíamos olvidado a Ocariz hasta que se le ocurrió repetir el mismo recorrido por Petare al cual yo había acompañado en 2017 en ocasión a su candidatura a la gobernación de Miranda. Fue tal el conflicto de intereses en aquella oportunidad que decidí retirarme de Voluntad Popular y proponer la abstención, para así no ser obligado a apoyar una candidatura regional con tan pésimo precedente local.
Disminuyen probabilidades de apoyo a Juan Guaidó, pues su entorno no llena expectativas para el cambio. Es de suponer que cuando regrese a Maracaibo a efectuar recorridos populistas junto a Eveling y Manuel Rosales, Guaidó consolidará su tendencia decreciente al complacer exigencias cupulares de partidos políticos eliminados.
La arrogancia del actual liderazgo político les imposibilitará admitir ni enmendar sus errores, por lo cual quedarán automáticamente descalificados para acceder al poder nacional. Resulta inverosímil que Ricardo Haussmann, quien conoce a plenitud el contexto político interno, haya aceptado voluntariamente hace apenas semanas un cargo, en conocimiento de las responsabilidades del caso, para hoy renunciar alegando que se le impide cumplir con su agenda académica.
Esta excusa, aunque políticamente correcta, no detona la separación de Haussmann del gobierno interino. Caso similar fue el de Tamara Sujú, quien luego de asumir como Embajadora en la República Checa, decidió separarse del cargo a raíz de lo que vio sin censura en las reuniones que asistió.
Lo más sensato es no defender a nadie. Hemos participado en diversas estructuras municipales adscritas a la Mesa de la Unidad Democrática, durante varios años, y vimos episodios que desaconsejan avalar gestiones. Se requieren cuadros políticos absolutamente nuevos.
Rubén Rivero Capriles
Caracas, Venezuela
Fotografía Mónica Valbuena @soymonikbea , 40 Grados Bajo el Sol
Sinamaica, Zulia